Testamento Puente: Hágalo Fácil (I)
Todos somos conscientes de lo importante que es hacer un testamento. Pero es que es difícil. Muy difícil.
Normalmente somos conscientes (o no) de tener alguna cuestión concreta que necesitamos resolver. (un reparto inteligente entre herederos, el futuro de la empresa familiar, proteger a la pareja no casada, a descendientes con incapacidad, motivos para desheredar, o para sospechar, o un aval o carga sobre la que queremos avisar…).
(Más ejemplos en el excelente post ¿Por qué hacer testamento si no tengo nada? de @notarioalcala (Francisco Rosales, ese gran notario 3.0).
Entonces tenemos claros un par de asuntos importantes a resolver (los que necesitamos dejar «resueltos» o bien atados). Pero solo un par.
Pero a medida que tomas decisiones, surgen nuevas cuestiones que hay que decidir (¿albacea?, ¿sustitutos?, ¿liquidación del usufructo del cónyuge viudo?, ¿albacea digital?). Y que normalmente también se vuelven importantes.
Y el testamento se va complicando.
Le pasa a todo el mundo, y no es culpa suya
No le pasa sólo a usted: lo normal es bloquearse y quedarse a medio camino: dudando entre lo bueno y lo mejor, buscando la cuadratura del círculo (que pocas veces existe).
Así que se retrasa la firma del testamento. Y al final no se firma nada.
Por querer y no saber resolver perfectamente todo lo secundario, se deja sin arreglar lo principal. Y se sigue desprotegido, es decir, igual que antes.
O peor: puede caerse en pensar que “lo intenté y lo dejé por imposible”.
Le pasa a todo el mundo: el derecho de sucesiones es una de las regulaciones más complejas. Y restrictivas. Y confusas. Y me atrevería a decir que es tan obsoleta porque seguramente nadie se atreve a meterle mano.
El riesgo de no hacer nada
El problema es universal. Pero una cosa es que no sea su culpa, y otra que no sea su responsabilidad resolver lo que tiene que resolver.
No se equivoque: el testamento es literalmente una cuestión de vida o muerte. No te puede pillar el toro en esta materia. Sé por experiencia que el concepto “demasiado tarde” en esta materia es siempre irreparable.
Y no hay nada imposible: sí que se puede. Afortunadamente, combinando la regulación de sucesiones con otras figuras, se pueden sortear algunas de las peores restricciones del Código Civil.
Dos soluciones simples
La primera tiene la virtud de la sencillez: el “testamento puente”. La segunda: el anti-testamento, también es sencilla, pero no para cualquiera. Se la contaré pronto.
El testamento puente: algo es mejor que nada
Otro refrán: a veces, lo mejor es enemigo de lo bueno. Si tiene un problema importante, y una solución para ese problema, no espere a resolver todo lo demás. Firmemos un testamento recogiendo esa solución a lo importante. Pero firme ya.
Mañana, un poco más adelante, podremos otorgar un nuevo testamento para solucionar todo lo que no hemos sabido o querido solucionar en éste. O para cambiarlo todo, con esa solución mejor que antes no veíamos o no nos cuadraba.
Porque mañana siempre sabrás más que hoy.
Pero hoy ya nos hemos quedado tranquilos .
De alguna manera todos los testamentos que se otorgan son un “testamento puente”. Uno nunca sabe cuándo van a cambiar las circunstancias que le hicieron tomar una u otra decisión. Por esta razón, el testamento es esencialmente revocable y es muy normal otorgar distintos testamentos a lo largo de la vida.
Una sugerencia: resuelva y celebre.
Le propongo lo siguiente: si tiene un problema que le taladra la conciencia y sabe que necesita resolver, póngase como tarea comentarlo con un abogado. Fije un plazo para resolverlo. Y resuélvalo. Otorgue ese primer testamento, aunque sólo resuelva perfectamente el problema que más le preocupaba y sea más genérico en lo demás.
Celebre la solución del problema: invítese a comer. Tiene que ser un sitio bueno: ha hecho algo importante.
En ese momento, usted ya será consciente de la dificultad o envergadura de lo que quede por resolver. Acuerde (consigo mismo, pero mejor aún, con su abogado) un plazo algo más extenso, -pero no indefinido- para resolver todo lo demás en un testamento más definitivo (nunca lo será del todo).
El día que firme este testamento, su abogado debe invitarle a usted a comer. Y en un sitio bueno-bueno. Y lo hará encantado.
Yo lo haría encantado: no conozco mayor satisfacción que dejar atrás un problema complicado, bien resuelto. Además, tengo una sugerencia:
Buena semana.
Jorge García. Abogado en Valladolid
Sígame en @jgarciaherrero
Contácteme en jorge.garcia.herrero@gmail.com