RGPD

RGPD: Un virus para dominarlos a todos

 

¿Tiene algo que ver el RGPD con la historia del automóvil? ¿O con los virus?

Yo creo que sí.

Los felices años 20

A principios del siglo veinte, tener un automóvil era lo más de lo más.

Eran auténticos artículos de lujo que permitían a sus poseedores chulearse frente al resto de sus congéneres, poner a las piltrafillas en el lugar que les correspondía.

Imagínate poder viajar hoy en tu propio dron. Un dron que sólo pudiera permitirse el 5% de la población.

Eso suponía tener un automóvil a principios del siglo XX.

Este señor tan majo se llama Louis Renault. Es posible que te suene su nombre.

Los locos 50: Cliente muerto no compra

Durante los primeros cincuenta años de historia, los coches no corrían demasiado, pero los accidentes eran fatales: las carreteras no eran las de ahora y, sobre todo, nadie se preocupaba por dotar a los coches de dispositivos de seguridad.

Hoy un choque a 40 kms por hora no es gran cosa. Por entonces dejaba secuelas irreversibles a los «afortunados» conductores de esos locos cacharros.

Un choque frontal solía ser fatal: el conductor acababa ensartado en su propio volante.

No fue hasta 1956 que Ford empezó a ofrecer el cinturón de seguridad como un extra en sus automóviles.

El objetivo claro era distinguirse de la competencia por una vía innovadora: la de la seguridad del usuario.

De paso se aseguraban de que sus usuarios vivieran y claro, siguieran comprando coches.

Security by design and by default: El cinturón de seguridad de tres anclajes

En  1959, el bueno de Nils Bohlin diseñó el cinturón de seguridad de tres anclajes para Volvo. Es básicamente el mismo que el de tu coche actual.

Volvo lo introdujo de serie, por primera vez, para todos sus vehículos. Seguridad desde el diseño y por defecto, si me sigues.

Pero Volvo fue mucho más allá: liberó la patente para que todos los fabricantes (y todos los conductores) se beneficiaran del invento.

Volvo supo entender la importancia del cinturón de seguridad. Y supo que al liberar al mundo la patente, obligaría a todo el sector en bloque a asumir el nuevo estándar de seguridad.

«Como siempre que se produce un cambio disruptivo, hubo ganadores y perdedores»

Es muy probable que los competidores de Volvo, se acordaran de toda su sueca parentela.

Bastante tenían con lo suyo, como para encima tener que cargar con el cumplimiento de nuevas obligaciones y estándares de seguridad.

Compliance y accountability, que no reportan un beneficio inmediato a la empresa, y drenan recursos y encarecen la operativa.

¿You feel me?.

Como siempre que se produce un cambio disruptivo, hubo ganadores y perdedores.

Los conductores ganaron indudablemente con la privacidad -perdón- de la seguridad desde el diseño y por defecto.

Muchos siguen gruñendo, pero siempre hay de esos.

¿Qué pasó con los fabricantes que no introdujeron el nuevo elemento en su producto? Adivina.

En cuanto a Volvo, siguen por ahí, parece.

Cavoukian

Con ustedes, el gran Nils Bohlin

La historia se repite, sólo que mucho más rápido ahora

Si miramos en perspectiva los 120 años de existencia del automóvil, podemos comprobar que durante los primeros 60 años -la mitad de su “vida”, hasta Nils Bohlin- el sector  automovilístico se centró en el desarrollo tecnológico, dejando de lado la protección del conductor, del usuario.

Que el conductor mantuviera todas sus extremidades, por no hablar de su pellejo, era algo que estaba en sus propias manos.

Los ingenieros se centraban en mejorar la tecnología y se encogían de hombros en lo demás.

Pero eso no pasa hoy en día. ¿O sí? No sé si queda alguien conmigo.

Sólo desde los 60 se dedicaron recursos importantes a la seguridad de las pobres personitas que utilizaba esa tecnología.

Otro día hablaremos del Ethics by design en la innovación tecnológica.

El RGPD es el ransomware de Bruselas

Bruselas, igual que Volvo en su día, ha decidido a liberar un virus, digo un nuevo estándar de respeto a la privacidad, a los datos personales de los ciudadanos.

Ese estándar, el RGPD, ha infectado como un virus a todas las empresas, vengan de dentro o fuera de la UE, que quieran hacer negocios con los europeos (porque para ello tendrán que cumplirlo).

El 25 de mayo, querida empresa, no es la fecha que marca el final de una carrera. Marca sólo la primera etapa del resto de tus días.

El 25 de mayo, ese virus se activará y bloqueará (impedirá tratar los datos personales de sus clientes en Europa) salvo que el tratamiento respete el nuevo estándar de protección y seguridad del RGPD, mucho más alto que el actual.

Y fíjense bien que digo que el 25 de mayo se activa el virus. Para siempre. El 25 de mayo, querida empresa, no es la fecha que marca el final de una carrera. Marca sólo la primera etapa del resto de tus días.

La Unión Europea puede haberse quedado atrás en muchas cosas. Pero no en esto.

Hay coches más rápidos que los europeos. Pero los nuestros seguirán siendo los más seguros.

Habrá gritos y gruñidos. Siempre los hay.

Pero esta sí es una carrera en la que será un placer competir.

Buena semana.

Jorge García Herrero. Abogado.

jorge garcia herrero. abogado puntocero