interes legítimo

Interés legítimo explicado con «Machos Alfa»

 

¿Cómo explicar de forma sencilla el interés legítimo?

A lo largo de estos años, me he encontrado con la dificultad de explicar al ciudadano medio en qué consiste y cómo funciona el “interés legítimo” en protección de datos.

Necesito una anécdota tan buena como la que siempre funciona para explicar la diferencia entre intimidad y protección de datos, la de Manuel Fraga («La cara, Manolo, la cara«).

El ejemplo que mejor suele funcionar es el de los tratamientos “antifraude” los que se hacen sin pedirte permiso para verificar tu identidad de distintas maneras y evitar que te suplanten y te perjudiquen económicamente. Todo ello en interés de la entidad que verifica y claramente también en el tuyo.

Viendo la serie Machos Alfa en Netflix me ha parecido encontrar un ejemplo divertido y que puede venir bien. Aunque no, no llegue a la altura de lo de Fraga.

 

Tratar los datos de tu padre sin permiso

Para quien no haya visto la serie: el personaje interpretado por Gorka Otxoa está un poco destrozao: se ha divorciado después de que le engañara su mujer (presentada como una bruja cucú bipolar que le maltrata en todas y cada una de sus interacciones).

Por supuesto, el padre es un completo pringao, un agujero negro de autoestima. Por eso sólo piensa en volver con ella.

Su hija Alex –Paula Gallego: con diferencia, el personaje más sensato de toda la serie- bien consciente de la necrofilia afectiva de su padre, toma las riendas de su vida amorosa abriéndole y gestionándole una cuenta en Tinder, consiguiéndole matches convenientes y administra con mano maestra sus citas amorosas.

Todas las citas resultan triunfos sexuales, pero no cuajan en términos de relación.

Eso no importa: forma parte del plan de Alex.

Su estrategia, basada en lo que llama “memoria corporal”: exige “interponer” (léase follar con) “diez cuerpos” entre los de su padre y madre, para que el zangolotino gane perspectiva y tenga posibilidades reales de entablar una nueva relación funcional.

Una cosa tonta rollo lo de la “memoria del agua” de la homeopatía. Pero mejor.

 

interes legítimo

Paula Gallego es Alex, la jefaza

 

Llegados a este punto, mi tesis es que Alex es la quintaesencia de un responsable de tratamiento que “trata correctamente datos ajenos sin permiso” o en legalés “aplica correctamente el interés legítimo en el tratamiento de datos personales”.

 

Alex trata los datos de su padre con finalidades lícitas, explícitas y necesarias para alcanzar sus intereses legítimos en juego:

¿Para qué trata Alex los datos del bobochorras de su padre? (uséase: finalidades).

Abrir la cuenta de Tinder, poner al agilipollao de su padre en el mercado, y optimizar la cotización de su ínfimo atractivo.

Sólo cuando ya tiene una cena confirmada y otro par de matches en espera en la chorva-agenda tinderiana, informa al interesado.

 

Intereses legítimos, lícitos y reales

¿Por qué hace todo eso Alex? (uséase: intereses legítimos, que no pueden ser los mismos que las finalidades).

Alex trata datos en su propio interés (pero no sólo): se ha instalado en casa de su padre, y mientras él salta de cama en cama, ella misma tiene las manos libres para sus propios asuntillos. Pero nunca lo oculta.

Además, y esto es decisivo en este caso, su padre es el primer y principal beneficiado del tratamiento de datos: recorre de muy buena gana un variado espectro de parejas. Por sí solo, este gili no se comería una ensaimada.

Alguna de ellas son una pesadilla, pero ya luego está Mar Saura.

No cuaja con nadie, pero se hace camino al, erm, andar (recuerden: diez cuerpos). El resultado debe venir por otro lado.

El tercer interés legítimo de Alex es dinamitar cualquier posibilidad de reconciliación entre el tarado de su padre y la transtornada de su madre: esto supone sin duda un win-win para padre e hija.

 

interes legítimo

Machirulos en apuros

 

Transparencia

La información se proporciona al “papá ligón” de forma clara e inteligible, los intereses en liza y las finalidades del tratamiento están encima de la mesa.

La información es tardía, sí, pero hacerla a tiempo hubiera frustrado los fines del tratamiento.

Y lo sabes.

 

Derecho de oposición

El padre puede oponerse en todo momento y exigir la supresión de datos y de la cuenta de Tinder, pero es que hasta un gilipollas de su calibre conserva neuronas sanas: neuronas que le hacen consciente en algún nivel límbico de la dependencia patológica respecto a su exmujer. Bueno, eso o simplemente su centro de decisión para este tema queda por la cintura.

Y es que Tinder funciona.

Trust: la palabra mágica

Alex se ha ganado la confianza de su padre. Y por eso todo funciona. Esta es la clave de esta cosa llamada «interés legítimo».

Los dos saben que Alex conoce mejor según qué territorios y por eso el padre acepta las citas que le busca su hija. Y también sus enseñanzas sobre igualdad, autonomía y respeto a la prójima. Y evangelizar con ellas a los palomos de sus amigos.

 

¿Y la LIA?

Es harto dudoso que Alex documentara una evaluación de interés legítimo como es debido, como dudoso es si la AEPD apreciaría o no la excepción doméstica, a la vista de alguna de sus chanantes resoluciones recientes. Pero amigos, aquí sólo nos estamos divirtiendo un rato.

 

Nota adicional 1: Era muy divertido ver cómo el padre se crece sermoneando a sus colegas sobre conceptos que su hija recién le acaba de inculcar: siempre sienta bien ser tuerto en el país de los ciegos.

Nota adicional 2. En otro orden de cosas, el otro personaje sensato de la serie es el interpretado por Kira Miró. Es llamativo que, en series españolas, los personajes femeninos que se empoderan y juegan fuerte con sus parejas (típicamente proponiendo la apertura de la relación a terceros) son siempre abogadas. (“Soy abogada matrimonialista divorciada, Cari, no: no me quiero casar contigo”, es una gran frase).

Véase también, a estos efectos, la (excelente) primera temporada de “Vida Perfecta” (Movistar).

Jorge García Herrero

Abogado y Delegado de Protección de Datos