Perfect days

Perfect days

 

 

El último artículo de Kayle Chayka en el New Yorker me ha impactado, porque hila tres de nuestras obsesiones actuales.

 

1

Kayle explica su hastío con las fotografías perfectas que saca su IPhone. El problema es que la IA del dispositivo “mejora” las fotos tomando un montón de decisiones por ti. Por eso son todas igual de… perfectas. O uniformes, a secas.

Y amigo, si lo que te gusta es el “komorebi” tienes un problema.

El Komorebi es el efecto visual que producen los rayos del sol a través de las hojas de los árboles, como seguramente sabes si has visto “Perfect Days” de Wim Wenders.

Perfect days es una de esas películas que te puede cambiar la vida o dormirte en diez minutos.

Creo que es la mejor película de Wenders y es que sus mejores películas… son la misma película: el prota de “Paris, Texas” y el de ésta podrían ser sin esfuerzo el mismo personaje.

Perfect days es la mejor película que he visto en el 2024, y en esta colina moriré.

El DPO que se acerque a ella reconocerá fácilmente la obsesión y rigor con la que el protagonista perfecciona cada día un “arte” que el resto del mundo desdeña y cuya importancia no entiende.

 

2

Pero estaba hablando  del Komorebi. Sucede que el IPhone corrige el contraste y la foto (“output”) no tiene nada que ver con la belleza (“training data”) que recogen tus analógicas córneas.

Y por eso va el tío y se instala una app para conseguir fotos raw, sin filtros: sin postpro on device.

Y ahora sí le salen las fotos que quería. Y por eso ya vuelve a gustarle la fotografía.

No por nada el mismo Kayle Chayka dio un puñetazo en la mesa con “Mundo filtro”. Un libro imprescindible que describe el aplanamiento de nuestras vidas vía todas las decisiones que toman por nosotros los algoritmos que las definen: las canciones que escuchamos, las películas que vemos, las noticias que leemos… todo el contenido digital que nos llega filtrado, seleccionado por plataformas.

El título de su columna en el Yorker es una denuncia en sí misma: “Infinite scroll”.

Y claro, nuestras decisiones las toman grandes corporaciones que no nos tienen ni a ti ni a mí entre sus prioridades.

Ni a nuestros hijos.

 

3

Penúltima referencia: el jueves Delia Rodríguez cerraba el jueves pasado con un final digno de Stephen King: es bien posible que el lugar más peligroso para nuestros hijos sea su propio dormitorio, donde se exponen a un scroll infinito de contenidos dañinos en sus móviles.

El problema de contenido dañino, de indefensión de menores, de contenidos violentos, políticamente extremos, divisivos o desinformativos es un problema de datos.

Datos personalizados que nos inoculan en la dosis precisa para conseguir “cosas” de nosotros.

Estos algoritmos no funcionan sin nuestros datos, especialmente los sensibles.

Y cuando funcionan infieren más datos sensibles.

No es momento de recordar la cantidad de cosas que hay que cumplir (RGPD) para hacer esas dos cosas. Y además ahora también tienen que convencernos para activar el feed personalizado (DMA).

Quizá para recuperar nuestros perfect days, no necesitemos otra app.

Quizá sólo necesitemos unos cuantos incumplimientos menos. Pocos ¿eh? pero ASÍ de relevantes.

 

Jorge García Herrero

Abogado y Delegado de Protección de datos