Minicuento de Navidad

Minicuento de Navidad

 

Es «mini», pero no es ningún cuento.

El año pasado le preparé el testamento a un cliente, tenía entonces 90 años.

Su cumpleaños es el 22 de diciembre, y le llamé el día de autos -en el 2015- para felicitarle.

Este año, con la vorágine del fin de ejercicio, se me olvidó.

Al día siguiente, 23 de diciembre, él me llamó a mí.

Caí en la cuenta y me disculpé inmediatamente por no felicitarle a tiempo.

– «Es imperdonable, el próximo año no se me olvida, se lo garantizo

– «No sé si estaré aquí el próximo año. De hecho, espero que el Señor se me lleve cuanto antes.»

Sin darme tiempo a intentar animarle un poco, cosa que hubiera hecho sin duda de forma muy torpe, continuó:

– «Pero le llamaba para felicitarle a usted la navidad:

Le deseo que tenga muchos y muy prósperos años. Especialmente, el que entra.«

Después de esto, se despidió cortés pero rápidamente.

 

«Le deseo que tenga muchos y muy prósperos años. Especialmente, el que entra.»

 

Llevo diez días leyendo y recibiendo todo tipo de felicitaciones y buenos deseos en distintos formatos. Y están bien.

Pero las palabras de este señor no se me quitan de la cabeza.

Viniendo de quien venían, alguien que no tiene garantía (ni especial afán, en sus propias palabras) de estar en este mundo un año más.

Ese deseo, esas palabras, tan simples y contundentes me impresionaron profundamente.

Y por eso, quiero compartir deseo y palabras con todos vosotros.

Jorge García Herrero, Abogado

 

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