Testamento Ológrafo

Testamento Ológrafo: Anecdotario, Pros y Contras

Lo de Pacicos

Allá por 1915, Matilde le escribió una carta de amor a su novio, Pacicos, que ha pasado a la historia legal española.

El pasaje famoso de la carta:

“Peñafiel a 24 de Octubre de 1915. Pacicos de mi vida: en esta mi primera carta de novios va mi testamento, todo para ti, todo, para que me quieras siempre y no dudes del cariño de tu Matilde”

La pobre Isabel murió poco después, y Pacicos no dudó en exigir judicialmente su condición de heredero universal: Isabel se lo había dejado “todo” en un documento que cumplía los requisitos del artículo 688 del código civil, (requisitos del testamento ológrafo).

En 1918, el Tribunal Supremo daba la razón a Pacicos: la carta valía como testamento ológrafo.

La de Pacicos no es la única historia llamativa en el ámbito del testamento ológrafo.

 

Testamentos a destajo

También se encuentra documentado en la jurisprudencia reciente, el caso de una señora a la que sólo podemos denominar como “testadora en serie”: otorgó ni más ni menos que diecisiete testamentos abiertos. Ante notarios diferentes. Pero finalmente su herencia se decidió por un testamento ológrafo que redactó en su casa con 96 años de edad. Desde luego experiencia e iniciativa no le faltaban.

 

Lo vueno si vrebe, dos beces vueno.

Por último, en 1996 se declaró válida la siguiente disposición testamentaria manuscrita que se reproduce literalmente a continuación:

 

A mi chica… Dejo mi piso donde avito

 

El Testamento Ológrafo: una valoración.

Como ya tengo escrito por aquí, soy muy partidario de hacer testamento. Y de hacer varios, los que haga falta, si las circunstancias así lo requieren. Pero cuatro ojos ven más que dos, y siempre es bueno cruzar el criterio propio con el de un profesional.

No sólo bueno, imprescindible, si hablamos de la última voluntad de uno.

 

Testamento Ológrafo: Ventajas

  1. Al testador le sale gratis.
  2. Su otorgamiento es cómodo y ágil. Se puede hacer en unos pocos minutos. Los abogados somos mucho más pesados.
  3. El testamento ológrafo puede ser completamente confidencial, salvo que el propio testador divulgue su existencia.

Esta última es la gran virtud del testamento ológrafo: los principales momentazos protagonizados por estos testamentos no están en la jurisprudencia.

Son aquellos en los que papá, después de firmar pomposamente ante el notario, mamá y los hijos un testamento abierto, de modo que todos conocieran su contenido,  revocó en un trozo de papel su contenido repartiendo su herencia de un modo radicalmente distinto al del testamento notarial, para pasmo de todos tras su muerte.

 

Testamento Ológrafo: Inconvenientes

1.- La falta de supervisión técnica.

Normalmente quien elige esta figura tiene motivos para no contar con el apoyo de un jurista (notario o abogado).

Este es un país libre. Dicho esto: Por favor, si juegan a este juego, asegúrense de cumplir los requisitos: El testamento ológrafo tiene que ser manuscrito por entero por el testador, firmado y fechado con expresión del día, mes y año. Si se equivocan, expliquen qué querían realmente decir en cada tachón, bajo su firma. Mejor aún, “pasen a limpio” el documento.

No pocos creen (en estos términos me lo han consultado) que el testamento se puede escribir en word, imprimirlo y que la mera firma manuscrita validaría el documento. No es así. Ese documento no tendría valor como testamento, sólo como apoyo para interpretar otro testamento propiamente dicho.

Recuerden la carta de Isabel a Pacicos.

2.- Desconocimiento por parte del testador del derecho de sucesiones.

Una cosa es cumplir los requisitos formales exigidos por el artículo 688 del Código Civil, y otra muy distinta ser capaz de redactar un testamento que consiga recoger de forma válida y plena la última voluntad de uno.

Me explico: no puedo saber qué quería exactamente Isabel. lo que sí sé es que, al vivir sus padres, el resultado práctico del “todo para ti, todo” era “la mitad para ti, la mitad”, por el juego de la legítima.

3.- Falta de seguridad del documento.

A diferencia del testamento notarial (abierto o cerrado) el testamento ológrafo no queda bajo custodia de un notario, y por tanto, puede perderse, destruirse -voluntariamente o por accidente- tanto por el propio testador, como por la persona que lo encuentre tras su muerte.

Por tanto, recomendaría pensar en una persona de plena confianza que se haga cargo del mismo o conozca su existencia, o al menos ubicarlo en un lugar en el que tengamos la certeza de que será encontrado.

4.- Posibilidad de testamentos otorgados sin garantía de la plena capacidad para testar del testador.

Aquí me refiero, por ejemplo, a ancianos solitarios que han redactado una multiplicidad de testamentos cuya interpretación conjunta hacía dudar razonablemente de su capacidad para testar.

5.- Posibilidad de testamentos otorgados bajo amenaza, intimidación o presiones de terceros.

Este tipo de instrumento permite perfectamente que alguien «dicte» el sentido del testamento al testador y le obligue después a firmarlo. Y no hace falta que lo haga a punta de pistola. Los casos de presiones más habituales son protagonizados por familiares o personas pertenecientes al círculo de confianza de la pobre víctima.

 

 

Jorge García. Abogado en Valladolid

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