Sanciones de cine (Ojo al dato en La Ser)
Este martes hablamos de los últimas y sonadas sanciones en protección de datos, impuestas a grandes empresas europeas y norteamericanas, y de las que vendrán
El enlace al podcast (a partir del minuto 1:02:00).
Puedes encontrar aquí todos los audios de Ojo al Dato).
Y como el tema es árido, mejor contarlo con referencias peliculeras, que siempre entra todo mejor. Sobre todo si son de las buenas buenas como por ejemplo…
En “El hombre que pudo reinar”, una de las obras maestras de John Huston, un pueblo de indígenas confunden a Sean Connery, que es un soldado de fortuna que anda por la India con su colega Michael Caine, con un Dios porque lleva un colgante de la masonería.
Mark Zuckerberg o “El hombre que pudo reinar”
Sean Connery se aprovecha de la situación: hace muchas cosas buenas, hace muchas cosas buenas, hace cosas malas, porque el poder se le sube a la cabeza, pero un día el pueblo que le adoraba le ve sangrar, y se dan cuenta de que les ha engañado. Así que le persiguen, le atrapan y le invitan a un memorable bungee final.
Bueno, pues en los últimos días estamos viendo sangrar a más de uno.
Multaca y desmembramiento de Facebook
Lo más gordo del mes es la demanda que ha presentado la FTC (la autoridad de competencia en EEUU) junto con 48 estados contra Facebook por ejercer monopolio, por abusar de su posición dominante.
Se refiere a la costumbre del gigante azul de comprar a cualquier plataforma que le empezara a hacer sombra: sí, Instagram y Whatsapp, de vosotras hablamos.
Se acusa a Facebook de:
- haber empeorado los productos comprados desde el punto de vista de la privacidad y
- haber incumplido sus compromisos de no mezclar y combinar las bases de datos de las plataformas adquiridas.
El resultado esperable es una (nueva) sanción record y el troceo forzoso de este conglomerado para que quede como estaba antes de las adquisiciones.
135 millones de euros a Google y Amazon en Francia
La autoridad francesa en materia de privacidad, ha sancionado con 100 millones de euros a Google y con otros 35 millones a Amazon por instalar cookies en los dispositivos de los usuarios ‘cookies’ publicitarias sin su consentimiento.
Además, la información de google no permitía a los usuarios comprender que estas cookies sirven principalmente para mostrarles anuncios de publicidad personalizados y que aún no se informa claramente a los usuarios de la posibilidad de rechazar estas ‘cookies’.
“La Llegada” de cinco kilotrones de sanción a BBVA
En La llegada, aparecen unos extraterrestres que son como pulpos gigantes y la protagonista es una lingüista a la que el ejército encarga que estudie cómo comunicarse con ellos. Los pulpos estos escriben como escupitajos de pintura negra en una pared de cristal.
Bueno pues leer la política de privacidad de cualquier banco (elijan el suyo: da igual) es casi lo mismo: las palabras aquí se entienden, porque es castellano, pero “legalés” y es imposible enterarse de qué demonios hacen con tus datos. No lo entiendo ni yo, y mira que he escrito políticas de privacidad.
Probablemente la cosa cambie en breve.
El BBVA ha sido multado con cinco millonacos de euros por la Agencia de protección de datos por dos cosas esencialmente:
- Se ha interpretado que empleaba malas artes al conseguir el consentimiento de sus clientes.
- La información sobre varias de las finalidades de sus tratamientos de datos tampoco permite entender al común de los mortales qué demonios se hace exactamente.
(Añado hoy mismo: «La matanza de Texas»: denuncia USA en materia de competencia
Se acaba de conocer la denuncia por abuso de posición de competencia contra Google, que se resume (largamente) en este hilo de twitter, que empieza con una demoledora declaración «Google is royally fucked».
Según Jasón Kint, la autoridad del estado de Texas ha entendido perfectamente cómo ha evolucionado el modelo de Google, si por evolución entendemos la corrupción y manipulación del mercado publicitario a su favor, y en contra de sus clientes y el desfalco de datos personales a su favor, y en contra lógicamente de sus clientes.
Una de sus perlas: los productos «gratuitos» no eran un favor de Google a la humanidad, sino la única manera de alcanzar su actual posición de monopolio.
Los Intocables y E.T.: Android llama a casa. Todo el tiempo.
La parte más interesante de la peli de “Los Intocables de Elliot Ness”, para mi gusto era la idea de que a Al Capone no le metieron en la cárcel por matar gente ni por ser el jefe de la Mafia, sino “simplemente” por no pagar los impuestos correspondientes a todo lo que “ganaba”.
Bueno pues, #OjoAlDato, porque a Google le puede venir el polvorón por donde menos se lo espera:
Leyendo en twitter a @javierdelacueva, me enteré de una genialidad de demanda:
Google diseñó Android para “regalarlo” (entre comillas) a los usuarios, a cambio de recopilar una gran cantidad de información personal, información que utiliza para ganar billones en publicidad.
Todos los días cada móvil Android “llama a casa” (como E.T.). Transmite datos personales y no personales a Google. pero lo novedoso de la demanda es que no hace tanto hincapié en el tema de la privacidad como en la propia transmisión de datos hacia Google, que paga el usuario.
Google utiliza para sus propios fines nuestros móviles, que no son suyos, y un ancho de banda que tampoco es suyo. Y no pide permiso.
Podría hacer como Apple (recuerden: tuerto en el país de los ciegos), que diseña sus móviles para que llamen a casa cuando están conectados a wifi, y por la noche, pero no, Google deliberadamente ha programado Android para que la transmisión de datos se produzca en cualquier momento del día, incluso cuando se ejecutan las aplicaciones en segundo plano, o están cerradas o el usuario desconecta la localización del móvil.
Es decir, impacta conscientemente en el rendimiento del móvil para el usuario, su legítimo propietario.
Un Iphone transmite unos 0,6 megas al día, un Android, unos 4,4 megas al día (esto es 130 megas al mes o más de un giga y medio al año).
Según la demanda esta transmisión no se informa en los términos y condiciones que rigen el uso de Android y, muy importante, el usuario no lo puede desactivar de ninguna manera.
El alcance de esta demanda puede ser brutal, porque esto lo hacen todos los fabricantes tecnológicos, Apple, Windows, todos (lo llaman “datos de telemetría” u otras cosas).
Con independencia de que sepas o no lo que es telemetría, lo cierto es que ese consumo en datos se puede medir en dinero, se puede reclamar… y ha afectado a todo el mundo.
Muy feliz semana.
Jorge García Herrero
Abogado y Delegado de Protección de Datos