privacidad es poder

Privacidad es Poder. Mi libro favorito sobre privacidad del año

Privacidad es poder. Privacy is power

 

En los últimos años he leído decenas de libros sobre privacidad.

Si tuviera que recomendar uno, sería «Privacy is power» de la mexicana Carissa Véliz.

Esta semana se pone a la venta en castellano en España: “Privacidad es poder”.

Un poco de contexto: hay libros más técnicos, más profundos o más completos. Vaya si los hay.

Miren: me leí en inglés en el 19 “La era del capitalismo de vigilancia” de Zuboff. Y hace muchos años preparé judicaturas durante cinco largos años.

No me arrepiento de ninguna de las dos cosas y aprendí mucho con ellas. Pero, lo cierto es que no volvería a repetir ninguna de las dos.

Y sin embargo, he leído ya dos veces el libro de la Doctora Véliz.

 

privacidad es poder

 

Shossanah Zuboff escribe para la historia. Pero en «Privacidad es poder» la Doctora Véliz, te susurra al oído. A ti. Te explica conceptos cuasimitológicos, con un estilo  elegante y una claridad épica, ligándolos a tus cosillas de todos los días.

Ese mix resulta difícil de ver hoy en día.

Por ejemplo: uno de los muchos «fun facts» del libro es este: en 2013 a Mark Zuckerberg se le llenaba la boca diciendo que la privacidad era un concepto superado, que la gente se había acostumbrado a compartir sin problema todo lo que era y hacía con los demás… pero en esos mismos días se compraba su casa nueva… y las cuatro casa adyacentes… para proteger us privacidad

 

¿Por qué me gusta tanto?

El lector que no tenga conocimientos jurídicos sobre la materia entenderá perfectamente cosas como:

Por qué los datos de cualquiera de nosotros –que no somos nadie- interesan tanto a las grandes corporaciones tecnológicas, por qué tratan de sacárnoslos por las buenas o por las malas.

La respuesta está en el propio título.

 

La importancia de la faceta colectiva de la privacidad: el hecho de que “no tengas nada que esconder” no equivale a que tus datos estén a disposición de cualquiera.

En primer lugar, porque la afirmación es falsa.

Y en segundo lugar, porque cada renuncia individual compromete el derecho del colectivo social.

 

Del mismo modo que el hecho de que “no tengas nada importante que decir” no puede perjudicar el derecho de cualquiera a decir lo que quiera. Con independencia de que sólo se utilice para decir chorradas sin importancia.

 

privacidad es poder

 

En la misma línea el libro contiene una de las imágenes más potentes que puedes proyectar: la importancia de la privacidad no tiene que ver con ocultar nuestros actos cuestionables o ilícitos, sino en protegernos de los actos cuestionables o ilícitos que terceros pueden llegar a hacernos si acceden a información suficiente sobre nosotros. Porque la información es poder.

Y eso es válido también para el Gobierno, como poder público, o la justicia.

Y aquí viene la imagen: la privacidad es precisamente la venda que cubre los ojos de la justicia y permite que sea ciega, o justa en sentido estricto, resolviendo conflictos sin verse influida por información o prejuicios sobre las partes.

Esta potente idea es ilustrada, (con un trazo mucho más grueso, desde luego, que el de Véliz) en la última temporada de la inteligente y divertida serie “The good fight” con la ideaca del juez popular de disfrazar a las partes de sus «juicios» como muñecos para evitar verse influido con sus propios sesgos en relación con sus apariencias físicas u otras informaciones previamente disponibles.

 

privacidad es poder

 

El profesional que trabaje con derechos de intimidad, protección de datos, o en general, con derechos fundamentales, adquirirá nuevas perspectivas, sólidas y profundas sobre el tema.

Mucho más importante: ampliará sustancialmente su área de “ikigai”.  No hay dinero que pague esto último.

 

Conclusión

Una obra imprescindible para los que nos hemos impuesto como misión mejorar en lo posible la actual debacle planetaria en la materia.

Y un regalo recomendado para estas navidades (¡¡qué demonios!!, para este inicio de curso). Porque es un libro que le gustará a tu abuela.

Y eso es lo mejor que puedo decir de una obra cuyo poco disimulado objetivo es cambiar las cosas, empezando por  nuestros propios malos hábitos.

 

Y no importa que la autora promueva explícitamente la consideración de los datos personales como “res extra comercii” (de modo que no deberían ser objeto de transacción legal alguna), idea que no comparto. Es posible que en este desacuerdo influya que, en mi día a día, yo trabajo para conjugar negocio y respeto de derechos y ella sea una filósofa. Pero el mundo necesita ambas figuras.

 

Porque nunca se le debe comprar «todo el pescao» a nadie. Ni siquiera a un o a una evangelista de la protección de datos.

Y es que la Doctora Véliz es otra evangelista. Que ya está tardando en sacar su próximo libro.

 

 

Aclaración: aunque lo parezca, no me saco comisión. Ya me gustaría. Sólo soy otro fan.

 

Jorge García Herrero

 Abogado y Delegado de Protección de Datos.