datos sensibles

Premios de cine y Datos sensibles (Ojo Al Dato)

 

Esta mañana hemos hablado de datos especialmente sensibles que, a veces, suelta la gente cuando le dan un premio.

El enlace al podcast (a partir del minuto 1:06:00).

Puedes encontrar aquí todos los audios de Ojo al Dato).

 

Ya lo hemos contado por aquí: hay datos que se consideran especialmente sensibles (datos de los que se infiere la ideología, religión, creencia, orientación sexual, datos de salud, entre otros), que no se pueden tratar, porque está prohibido, salvo que concurra alguna de las excepciones previstas en la norma.

Una de ellas es el consentimiento del interesado.

Otra es que el interesado haga estos datos manifiestamente públicos. Y aun cuando el interesado hace eso, no se pueden utilizar esos datos para cualquier cosa.

Lo cual me lleva a hablar de la gala de entrega de los Globos de oro del domingo pasado.

Fue una gala rara, como será la de los Goya el próximo sábado: con los nominados en sus casas conectados por zoom.

Lo más comentado sobre la ceremonia ha sido la posibilidad de echar un vistazo a las casas de los nominados: meter un ojo en su privacidad, en su ámbito doméstico e íntimo: se vio a Jason Sudeikis (el prota de Ted Lasso) en sudadera en su salón, Aaron Sorkin (el guionista de El Ala Oeste) en su pisazo neoyorquino.

Lo que más me gusta de estas galas es rebobinar después de que digan el ganador, y  ver cómo reaccionan los que no ganan.

Porque no es lo mismo no ganar que perder.

Pero en seguida volveré sobre esto.

David Fincher entiende perfectamente la diferencia: se tomó un chupito cada vez que no ganó.

En total dos chupitos.

 

Jodie Foster, 2008

Jodie Foster sí ganó su globo de oro.

Es una de mis actrices favoritas: ganó dos oscars en tres años por las pelis “Acusados” 1989 y “El silencio de los corderos” 1992.

Pero hagamos un flashback hasta 2008: en ese año, Jodie  recogiendo el premio Cecil B De Mille a su carrera, a sus 50 años, salió del armario (lo que en su caso consistió en decir en voz alta, lo que era un secreto a voces en el mundillo del cine).

 

 

Recuerdo tres cosas de aquel discurso:

.- Dijo: “Se supone que tendría que dar exclusivas sobre esto en revistas, y salir en programas de televisión hablando de esto, pero creedme, no merece la pena, mi vida es muy aburrida.”

.- Dijo: “Privacidad!”, “Algún día, en el futuro, la gente mirará atrás y recordará lo hermosa que era”. Recordemos: año 2008.

.- Como guinda, recuerdo el aplauso emocionado de sus dos hijos, que estaban presentes en la ceremonia.

 

Jodie Foster, 2021

13 años después, Jodie Foster se plantó un pijama, se sentó en su sofá, y ganó otro globo de oro por su actuación en la peli “The mauritanian”.

Con toda la naturalidad del mundo, le dio un beso a su mujer y  achuchó al mismo tiempo al perro, que estaba en medio.

Desde ese día veo un montón de artículos sobre ¿quién es la mujer de Jodie Foster? Al menos el algoritmo me los enseña a mí, porque cree que me interesa el tema (espoiler: NO).

 

Mi conclusión aquí es que Jodie Foster, que es muy lista –de hecho es superdotada-, supo elegir su momento para reivindicar algo que la significaba (más, sin duda, frente a los demás que frente a sí misma) y aun así, conservar la normalidad de su vida sin vender ni regalar otras partes importantes de su intimidad y de la de su familia.

Puede que Jodie no haya ganado todos los premios a los que ha sido nominada, pero sí parece que,  lo que aquí nos importa, nunca lo ha perdido. 

 

Bola extra 1:

Frances McDormand recibiendo su Oscar por Fargo (por su divertidísima y aguda policía embarazada), para soltar minutos después, esta gloriosa perla: “tuve que acostarme con el director para conseguir el papel” (el director, Joel Coen es, en realidad, su marido).

 

 

Bola extra 2:

El mejor agradecimiento de un Oscar de la historia, en la personal opinión de este pobre abogado: el Oscar honorífico a toda su carrera a Stanley Donen, entregado por Martin Scorsese. Los impacientes pueden saltarse el tributo de Marty y buscar directamente el minuto 2:40.

Sí, en 1998 James Cameron ganó 11 oscars con Titanic, pero fue Stanley Donen el que se robó él solito los corazones de todos los presentes en el momento más memorable de la gala. 

 

 

Porque sólo un auténtico genio puede ser original e insuperable en su momento de gloria, y encima generoso repartiendo el mérito entre todos los que le ayudaron.

 

Muy muy buena semana.

 

Jorge García Herrero

Abogado y Delegado de protección de Datos.