
Pagar por Instagram
Zuckerberg ha tenido una ideaca: pagar por Instagram y Facebook.
Meta pedirá 14 dólares al mes por usar Instagram en sus móviles, sin publicidad comportamental (en adelante, personalizada, para que se entienda mejor).
La otra oferta es Instagram y Facebook por 17 dólares al mes en el ordenador.
En la UE serían 10 euros AL MES por tener Instagram en el ordenador, y 13 € en el móvil (los 10 € más los 3 € de impuesto revolucionario de las tiendas de apps de Android o Apple). Y 6 euros adicionales por una segunda plataforma: por añadir Facebook a Instagram, o Instagram a Facebook.
Este es el primero de una serie de cuatro posts sobre la ideaca del «consiente o paga» de Meta.
Como decía mi abuela, si vas a decir que lo que hace alguien es ilegal, cárgate de razones. Así que en el segundo post analizamos una sentencia clave del TJUE: la que define qué es marketing directo en los medios digitales. (Por cierto, es posible que mi abuela no dijera nada de eso).
El tercer post juega a valorar (y ejem, tirar por tierra) la mayor parte de los mixes de bases legales disponibles para Meta (y muchos otros actores de la publi personalizada).
En el último, resumimos las ocho razones por las que entendemos que el EDPB debería bloquear esta iniciativa (ojo: a Meta, no a cualquiera).
Volvamos a la noticia, que tiene tres lecturas interesantes:
Indice
1.- ¿Ese salvavidas jurídico era para Meta?
En una de esas maniobras que ya son Mark-a de la casa (hehe), Meta aprovecha que las autoridades aceptaron pulpo como animal de compañía en favor de todos esos medios de comunicación que están medio muertos o en estado crítico.
Uséase: se permitió el uso de muros de pago o pay-walls a los medios de comunicación web, -esencialmente, esto es relevante, creadores de contenido- como último recurso para permitir su supervivencia.
Nota: conviene recordar que todos esos medios están moribundos, precisamente porque Meta les ha quitado la mayoría de sus ingresos por publicidad con la letanía: “compren mi publicidad: a diferencia de la de los medios tradicinales, la mía es personalizada: usted podrá elegir exactamente su audiencia”.
La aburrida explicación jurídica:
El EDPB exige que el consentimiento del ciudadano al uso de cookies tiene que ser libre. Para que lo sea de verdad, no se puede presentar una sola opción de acceso al contenido que implique necesariamente la aceptación de cookies. El medio, la web, tienen que ofrecer, además, una segunda alternativa libre de cookies y (aquí está el quid) se acepta que esta alternativa sea de pago.
Un doble problema aquí:
En primer lugar, sólo se aceptó como balón de oxígeno para los moribundos medios de comunicación y generadores de contenido, no para Meta, que es curiosamente el principal responsable del precario estado actual del sector.
Y se aceptó a regañadientes: el Consejo de Estado francés (que ejerce como «Tribunal Supremo» en lo administrativo) le retorció el brazo a la mismísima CNIL en este tema. ¿Por qué? Porque esta opción de supervivencia está en el filo de la navaja de la protección de datos (valida de facto la monetización de un derecho fundamental: la privacidad). El Consejo de Estado dictaminó sustancialmente que la CNIL no es quién para meterse en cómo plantean sus modelos de negocio los medios de la prensa. En fin.
En segundo lugar: Se acepta que un medio cobre para que pueda monetizar el acceso al contenido creado, bien con publicidad (encalomando cookies al usuario gratuito) o bien cobrando al usuario premium.
Sin embargo, Meta no genera contenido alguno. Sólo preda el ajeno.
Meta no paga el contenido generado por la filosa por sus usuarios, ni el que publican los propios medios con cuenta en sus plataformas (Facebook, Instagram).
Explicado de forma gráfica, Meta atrae a todos los animales de la sabana para que beban en sus ricos lagos de contenido. Una vez allí quietecitos bebiendo, cobra a sus verdaderos clientes (los cazadores de safari o empresas anunciantes) para que les disparen a capricho publi personalizada.
Su modelo de negocio consiste en estudiar a sus usuarios y venderles bien clasificaditos a sus clientes. Así se creó un nuevo tipo de publicidad (la personalizada) con la que bombardea a los usuarios que vienen a compartir sus contenidos y consumir el de sus pares.
2.- ¿Quiere Meta realmente tu dinero?
Alguien podría pensar que Meta pretende, con su nueva cuota, resarcirse de los ingresos no obtenidos a causa de los usuarios que se nieguen a ser tiroteados con publi personalizada.
It´s a trap.
En realidad, Meta no quiere tu dinero. Quiere tu consentimiento.
Amenazando con cobrar sólo trata de explotar un conocido sesgo de las personas humanas: el de aversión a la pérdida. Meta es un imperio edificado aprovechando estos defectos en nuestro sistema.
Desde 2018, forzado por la normativa y las autoridades Facebook ha cambiado hasta cuatro veces su base legal para tratar tus datos: al entrar en vigor el RGPD pasó del consentimiento tácito (que antes del RGPD ni era consentimiento ni era nada) al contrato.
La megasanción por hacer esto tardó cinco años pero llegó. Vaya si llegó. Se publicó en enero del 23 y declaró ilícitos todos sus tratamientos de datos relacionados con esa publicidad personalizada.
Al poco tiempo, Meta cambió de contrato a interés legítimo. Y la forma elegida para implementarlo, para sorpresa de nadie, incumplió sistemáticamente todos los requisitos necesarios para su utilización, como puso de manifiesto la Autoridad Noruega en una estupendísima resolución.
Durante todo este tiempo, el EDPB ha venido declarando por activa y por pasiva que la única base de legitimación viable para lo que Meta hace es el consentimiento. (El explícito, añado yo, que lo del tratamiento de datos de categoría especial es una cuestión que aún no se ha castigado).
Pero si hay algo muy claro a estas alturas de la película es que a Meta le aterra pedir un consentimiento informado a sus usuarios como Buttarelli manda.
Como estamos viendo, antes prefiere comerse su propia pata.
Lo que nos lleva a la siguiente cuestión: mientras todo el mundo se pregunta por la licitud del tratamiento de datos de quien decida no pagar… me parece más jugosa la otra parte: la licitud del tratamiento de datos de los Pagafantas que apoquinen.
3.- ¿Esta mierda es legal?
Si Meta no cambia su propuesta, al pagar sólo evitas recibir publicidad personalizada, pero no todo el espionaje vinculado a la misma.
Por tanto, aunque pagues, continúas sufriendo:
- El espionaje, control y estudio de tu personalidad, movimientos, intereses, interacciones, contactos, compras y datos biométricos, que continúan a través de todas las plataformas y artefactos de Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp, Messenger, Oculus, …).
- Pagar tampoco impide que Meta siga utilizando tu contenido (100% datos personales) y el de tooodos los usuarios para atraer más antílopes y elefantes para que los cacen.
- Ni, glups, para entrenar sus modelos de inteligencia artificial.
Todo eso, si Meta no cambia su propuesta, sigue ocurriendo aunque pagues la cuota.
Es decir, puede que no se te muestre a ti publicidad personalizada. Pero se te seguirá estudiando y perfilando en masa junto con el resto de usuarios. Del mismo modo que hacen Google o Twitter aunque elijas que no se te muestre ese tipo de publicidad.
No es aventurado sostener que, ya que pagas porque no se abuse de tus datos, tienes derecho a que no se abuse de tus datos. Aunque… ¡Un momento! Si uno lo piensa… ¡siempre has tenido derecho a que no se abuse de tus datos!
Lo que me lleva a… ¿Entonces lo de antes?
“Estrategias boomerang” o “La cagaste, Burt Lancaster”
La aburrida explicación jurídica: Flashback: enero de 2023.
Meta venía sosteniendo la licitud de sus tratamientos de datos personales necesarios para la prestación de sus servicios de publicidad personalizada, bajo la idea de que dichos tratamientos de datos eran inseparables y objetivamente necesarios para la ejecución del contrato suscrito con sus usuarios.
En Enero de 2023 la máxima autoridad europea de protección de datos declaró, entre otras cosas:
- Que esos tratamientos no son necesarios para el “servicio” que Meta presta a sus usuarios.
- Que el hecho de que Meta incluya en sus términos y condiciones que va a hacer todo eso, no le legitima sin más para hacerlo.
- Que el hecho de que el modelo de negocio de Meta está basado en los ingresos obtenidos de la publicidad personalizada no le da derecho sin más a tratar los datos de los usuarios necesarios para ellos.
- Que los usuarios ni siquiera entendían que estaban firmando un contrato con Meta, ni todo lo que ello implicaba.
En definitiva, se declaró que todos los tratamientos de datos de los usuarios relacionados con la venta de publicidad personalizada, fueron ilícitos al menos desde mayo de 2018 a enero de 2023. Y que todos esos datos así recopilados tienen que ser “inutilizados” por Meta, por medios a determinar.
En resumen, dos preguntas:
1.- ¿Qué persigue Meta realmente?
En menos que salta una notificación, Meta alegará que quienes consientan en el marco de esta iniciativa (por no querer pagar) validan y subsanan el tratamiento anterior (ilícito) de sus datos.
Como si lo viera.
2.- Sin embargo, ¿Qué han conseguido?
Estos gilipollas acaban de resolver el eterno problema de las demandas de indemnización por daños y perjuicios contra Facebook, y plataformas tipo Facebook.
Te explico:
Cuando se reclaman daños y perjuicios a empresas como Meta por sus tratamientos ilícitos de datos, siempre ha sido un desafío cuantificar, liquidar su importe.
Hasta hoy.
Maese Zuckerberg acaba de liquidar, él solito, la cuantía mínima a desembolsar en concepto de indemnización por todos los años que ha estado infringiendo los derechos fundamentales de sus usuarios: me salen 14 mil millones de euros de indemnización mínima sólo en España (10 euros al mes durante cinco años, para casi 24 millones de usuarios en España, ¡ojo! sólo de Instagram.
Y 150 mil millones de euros en toda la UE (10 euros al mes durante cinco años, para 250 millones de usuarios en la UE, sólo de Instagram).
Y esto, sólo en lo que estrictamente tiene que ver con los incumplimientos de la normativa en relación con la publicidad personalizada en los últimos cinco años.
Las brechas de seguridad, transferencias internacionales, desinformaciones, entrenamientos de IAs y demás, irán cada una por su sitio.
Así pues, ¿Cuáles son tus opciones?
Otro sesgo humano ampliamente explotado por la BigTech es el de la visión de túnel: te hacen creer que sólo tienes dos opciones (pagar o tragar), cuando en realidad siempre tienes muchas más.
Y una de ellas, la vamos a ver pasao mañana: no sólo denunciar esta artimaña vergonzante, sino también y sobre todo, demandar indemnización por los desmanes de los últimos años.
Vamos a ver demandas colectivas contra Meta a cascoporro.
Sí: alguien va a pagar una pasta por Instagram, pero no necesariamente quien Mark pensaba.
Muy buena semana.
Jorge García Herrero
Abogado y Delegado de Protección de Datos