Futbolistas, datos de salud y RGPD
Estamos acostumbrados a que los datos de salud de los futbolistas y deportistas profesionales se hagan públicos, se cacareen, se discutan, sin tener en cuenta que si fueran de cualquier otra persona, estarían tan protegidos como los nuestros.
Hoy hemos hablado de esto en OjoAlDato. Lo puedes escuchar en este enlace, a partir del minuto 1:00:50.
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Indice
«España es asín»
Tú no vas al médico y lees al día siguiente tu diagnóstico en los titulares, pero si te llamas Cristiano Ronaldo, Pau Gasol o Busquets, todo el mundo se entera, en tiempo real de si estás o no en condiciones para jugar el próximo partido.
En la sección de deportes te enteras de si van a probar con un delantero un tratamiento a base de placenta de caballo, si la segunda operación de rodilla de Ansu Fati ha sido un éxito, etc…
Hablo de fútbol para que se entienda mejor, pero esta brecha de seguridad es estructural en España y afecta a la mayoría de los deportistas de élite.
“Les va en el sueldo”
Y tu cuñado dirá: “les va en el sueldo”. Pues no: un club podría pasar estos datos de salud a la prensa si fuera imprescindible para el cumplimiento del contrato del deportista, pero esto no es así: el deportista cobra (los cuatro que cobran) por correr, meter goles o canastas, no por tolerar que todo el mundo se entere de que tienes cáncer testicular, como le pasó a Lubo Penev, el búlgaro del Sevilla.
Recordemos que los datos de salud están especialmente protegidos por la normativa, y que sólo puedes tratarlos y en este caso hacerlos públicos, si estás en una de las excepciones.
La excepción más obvia sería la de “datos hechos manifiestamente públicos por el interesado” pero lo cierto es que la información la suele hacer pública el club a través de sus servicios médicos, nunca el jugador.
Y caerse redondo en mitad de un partido no es lo que se viene entendiendo en el mundo de la protección de datos por hacer nada público.
“Les da igual” “Lo han consentido”
Oigo a otro cuñao decir: les da igual y seguro que lo han consentido.
Bueno, hay dos problemas con esto, para empezar te tiene que dar igual de verdad, que vamos a ver que no. Y sobre todo, como sabemos, el consentimiento para ser válido tiene que ser libre.
La prueba del algodón para ver si un consentimiento es libre o no en un colectivo es ver qué pasa de verdad cuando alguien se niega.
Veamos, pues: en el 19 Christian Bale se negó oficialmente a que se hicieran públicos sus informes médicos.
Pero no hay ninguna “ley Bale”, debían referirse a la Ley de prevención de riesgos laborales del 95, o la de la autonomía del paciente del 2002. Que protege a Bale a ti y a mí y a todo perro Pichi.
Otras dos historias demuestran que a los jugadores no les «da igual»
Eriksen
El sábado pasado a Eriksen, un jugador de la selección de Dinamarca se le paró el corazón en pleno partido, y los médicos le salvaron la vida sobre el césped.
Estoy seguro de que nadie va a olvidar la imagen de sus compañeros de equipo en círculo, evitando con sus cuerpos que las cámaras captaran las imágenes de los médicos haciendo maniobras de reanimación.
Estoy seguro de que, desde ahora, los jugadores harán un círculo igual cada vez que pase algo así. Y de que habrá jugadores de ambos equipos, juntos.
Luis Enrique
Sin salir de la Eurocopa, otra excepción que confirma la regla: Luis Enrique, un tipo famoso por importarle tres narices lo que diga de él la prensa, dejó durante un año su puesto como seleccionador nacional.
Y pasó algo histórico: ningún medio informativo reveló la razón.
Aunque los aficionados querían saber, Es-pa-ña NECESITABA SABER los periodistas, en un gesto tan extraordinario y emocionante (por lo menos para mí) como el de la selección danesa hicieron un círculo protegiendo y respetando su intimidad, en este caso, familiar. Al final se supo la causa, y todo el mundo entendió perfectamente las razones de Luis Enrique y de la prensa.
Este problema no se da solo con la prensa (que al final tiene de su parte la libertad de información, otro derecho fundamental): la industria de las apuestas y la del videojuego también trata los datos de salud, lesiones, dopaje, sanciones y más y los amasa para monetizarlos sin cumplir la normativa de protección de datos, y forrándose con sus datos en el proceso.
Más sobre esto pronto.
Uno para todos y todos para uno
Se puede sacar otra moraleja: los casos de Eriksen y de Luis Enrique demuestran que la privacidad es un bien común, un derecho fundamental colectivo y que se debe proteger como sociedad porque se debe disfrutar como sociedad.
Y cualquier colectivo, sea pequeño como los futbolistas profesionales o grande como la sociedad, que no sabe defender sus derechos, el de privacidad o cualquier otro, los pierde rápidamente.
Jorge García Herrero
Abogado y Delegado de Protección de Datos