Making a Murderer

Making a Murderer: 4 Series (Buenas) para no dormir

 Making a Murderer” (“Fabricando un Asesino”)

La emisión de ”Making a Murderer” en Netflix en diciembre de 2015 supuso un terremoto entre los aficionados… y no tan aficionados. Las redes sociales sirvieron para difundir lo buena que era la serie, y la indignación que provocaba en quienes la veían.

Pruebe, pruebe a buscar en twitter #makingamurderer.

Difícilmente encontrará una serie tan hipnótica y enganchona. Y verla no le costará un duro.

Málaga no queda tan lejos de Wisconsin

Hace pocos días se ha revelado un caso similar en Málaga, que ha recibido, lógicamente, mucha atención de los medios. Un ciudadano holandés se ha pasado 11 años en la cárcel, cuando pruebas basadas en ADN apuntaban fiablemente a su inocencia desde 2007.

El cronograma de los hechos es demoledor. La inexorable lentitud de las comunicaciones judiciales internacionales le han valido, parece, ocho años extra de prisión.

Vaya por delante que no soy un abogado penalista. Soy abogado de derecho de empresa y TIC. Este texto lo escribo como modesto aficionado a las series de TV y al cine documental.

Véala: es gratis

Making a Muderer se puede ver íntegra en streaming en Netflix (sólo tienen que suscribirse al servicio: el primer mes es gratuito, y si empiezan viendo esta serie, cosa que les recomiendo, les garantizo que se la acabarán en menos de una semana).

En mi opinión, no es una serie sólo para abogados. Todo lo contrario.

Se entiende perfectamente. De hecho es probable que si Vd no es abogado, duerma mejor que yo después de verla.

Si piensan verla, mi recomendación es hacerlo sabiendo lo menos posible: en la siguiente sección, se comentan detalles de la historia, así que les sugiero que salten hasta el apartado “antecedentes ilustres”: allí se mencionan y recomiendan otros documentales similares.

La Historia (con detalles de los primeros capítulos): Steven Avery

Aunque los protagonistas de la serie son casi todos abogados, la “estrella” es Steven Avery, un pobre hombre que se pasa ni más ni menos que 18 años en prisión, condenado (gracias a una instrucción y un juicio plagado de deficiencias e irregularidades) por un delito que no cometió.

Steven Avery

Steven Avery

La decisiva prueba de ADN precipita su puesta en libertad, pero destapa comunicaciones previas (8 años antes) que ya apuntaban al verdadero culpable y que fueron “enterradas” por la policía.

Avery presenta una demanda civil contra la administración de justicia “a la americana” -solicita 32 millones de dólares de indemnización- y justo antes de la declaración de los que parecen los principales responsables, es detenido de nuevo. Por hechos similares a los de la primera vez.

Lo resumido hasta aquí sólo cubre el primer episodio de los diez de la serie.

El resto describe con minucioso detalle, y ritmo vibrante el desarrollo del segundo juicio. La mayor parte de los capítulos son escalofriantes.

Cada uno de los episodios, (repito: cada uno), termina con “cliffhangers” dignos de “24” o “Homeland”.

Lo que se cuenta es una lucha judicial de David frente a Goliath. Los abogados de Avery son tratados como superhéroes enfrentados a las fuerzas del mal (el Fiscal, la Policía), de ilimitado poder.

Repercusión: polémicas bizantinas

Making a Murderer ha creado una polémica enorme, pero superficial, entre la audiencia. El tema se ha planteado como un Madrid-Barça: un derby entre quienes consideran “probada” la inocencia del acusado, y quienes consideran que las cosas están bien como están.

El Fiscal que dirigió la acusación (el malo malísimo de la serie) se ha visto forzado a defender su versión de los hechos (entre otras cosas) (enlace del New York Times), poniendo, de paso, a escurrir a las directoras del documental. Se han recogido más de 500.000 firmas para presentar una solicitud de indulto a Barack Obama. Solicitud mal planteada: la Casa Blanca ha respondido que Obama no tiene competencia.

Por qué no podrá dormir después de ver la serie

La posibilidad de que un documental de investigación sea capaz de alcanzar la verdad, analizando las pruebas que llevaron a una sentencia equivocada es pequeña (pero posible, como les explicaré después).

El derecho es una herramienta muy imperfecta. Me temo que los juicios no sirven para buscar y desmostrar la verdad. Ni siquiera una verdad.

Los juicios sirven para convencer al juez de nuestra propia versión de los hechos. Pero esa convicción debe lograrse cumpliendo unas garantías, unas reglas clave.

Desde este punto de vista, Making a Murderer plantea, aunque de forma maniquea, cuestiones profundas sobre aspectos locales (estadounidenses) pero probablemente universales, del procedimiento judicial penal:

  • A qué clase de justicia (si se le puede llamar siquiera así) puede aspirar quien no dispone de dinero para permitirse un abogado que no sea de oficio.
  • El papel que juegan los medios de comunicación al amplificar los aspectos más polémicos de los delitos investigados. Al contribuir a crear un estado de opinión monolítico en la audiencia. Audiencia de la que después se extrae a los miembros del jurado: Precisamente quienes tendrán que decidir sobre la culpabilidad o inocencia del acusado.
  • La pinza mortal de los “tratos” entre fiscalía y acusados secundarios, quienes a cambio de sustanciales descuentos de condena (merecida o incluso inmerecida), se prestan a servir como arietes contra el acusado principal.
  • Fundamentalmente, el deficiente funcionamiento del sistema judicial como tal sistema: con independencia de que Steven Avery sea culpable o inocente, con independencia de que el documental haya tergiversado el juicio que narra (desde luego que lo hace: ningún documental es objetivo) la serie muestra irregularidades de tal calibre que resulta simplemente inaceptable que el proceso entero y su resultado, sea cual sea, no se declarara nulo.
Steven Avery

Steven Avery, hoy

Antecedentes ilustres

Making a Murderer remite directamente a documentales anteriores sobre temas judiciales:

El más parecido es “Capturing the Friedmans”, de Andrew Jarecki, (en youtube, Versión Original Subtitulada aquí) poderosa película que trata de dar una versión alternativa para un padre y un hijo condenados por delitos de pederastia, igualmente en medio de un estado de opinión histerizado por los medios de comunicación, y con muy pocas pruebas reales.

El más reciente: Precisamente Jarecki golpeó de nuevo el año pasado con “The Jinx” (en movistar +) serie de TV documental que cuenta la historia de un tipo acusado de varios asesinatos a lo largo de los años y que fue declarado inocente de todos ellos… El final de la serie es inolvidable.

El mejor:The thin blue line” del maestro Errol Morris. (en youtube, Versión Original sin subtítulos). Making a Murderer sueña con parecerse a The thin blue line. Con conseguir lo que consiguió. The thin blue line ejecuta un análisis quirúrgico de las pruebas de un juicio que terminó con una condena injusta. Mediante un análisis repetitivo y espiral, busca y encuentra la verdad que estaba escondida en un rincón. La película sacó de la cárcel al condenado, que había sido condenado a muerte. Y suele figurar merecidamente entre las mejores películas documentales de todos los tiempos.

Más info sobre documentales con la misma temática en este enlace.

Un breve, pero excelente artículo de Errol Morris sobre la inexistente línea divisoria entre el cine de ficción y el cine de no ficción o documental. The thin true line.

Un artículo en contra de la perspectiva de Making a Murderer y de las cineastas que la crearon en el New Yorker.

Buena semana.

Jorge García. Abogado en Valladolid

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